Vida silvestre se refiere a todos los vegetales, animales y otros organismos no domesticados. Organismos domesticados son aquellos que fueron adaptados para sobrevivir con la ayuda de (o bajo el control de) los humanos, después de muchas generaciones. Especies de plantas y animales fueron domesticadas muchas veces para el beneficio humano en todo el planeta, lo que acarreó un gran impacto sobre el medio ambiente, tanto positivo como negativo.
La vida silvestre o vida salvaje puede ser encontrada en todos los ecosistemas. Desiertos, florestas tropicales, planicies y otras áreas -incluyendo las ciudades más desarrolladas- todas tienen distintas formas de vida silvestre. Aunque en la cultura popular la expresión generalmente se refiera a animales aún sin contacto con la presencia humana, la mayoría de los científicos concuerdan que la vida silvestre alrededor del planeta sufre, de un modo u otro, del impacto de las actividades humanas.
Los ejemplos de especies que se han vuelto invasoras y que amenazan a la vida silvestre en muchos lugares del mundo incluyen a los ratones, gatos, cabras, diente de león, ciertos nenúfares, etc. A menudo ciertas especies que no son muy abundantes en su lugar de origen se vuelven invasoras fuera de control en otros lugares de climas similares. La razón aún no está muy clara; algunos, incluso Charles Darwin pensaban que no sería muy probable para una especie exótica el reproducirse en abundancia fuera de su ambiente habitual. La verdad es que esto es cierto para la gran mayoría de las especies introducidas en otros hábitats. Pero ocasionalmente algunas especies tienen gran éxito después de un período de aclimatación y pueden llegar a convertirse en plagas. Una de las razones es que han dejado atrás a los enemigos naturales que limitaban sus poblaciones en el lugar de origen. En tal caso pueden competir y desplazar a la vida silvestre nativa.